miércoles, 28 de enero de 2015

Una herramienta de retención

Hoy, las empresas enfrentan un nuevo paradigma, en el que deben luchar por diferenciarse y crear nuevas formas de satisfacer las crecientes necesidades de los clientes que no son sólo las referidas a las características propias del producto, sino también a sus expectativas con respecto a recibir un servicio idóneo.
Factores como la reducción de la asimetría de información, derivada del mayor acceso de los clientes a información con respecto a sus derechos, o  la posibilidad de compartir la experiencia de otros consumidores a través de diversas asociaciones y  la labor de difusión de los entes reguladores, han promovido esta evolución facilitando que sus conductas de compra se refinen y sus expectativas sean mayores.
Es entonces que uno de los motivos por los que los clientes cambian de marca o proveedor, es la mala calidad en el servicio expresada en la baja satisfacción con respecto a la atención recibida o falta de idoneidad.
En este escenario los clientes manifiestan que si su proveedor les hubiera cuidado más como clientes no hubieran migrado a la competencia o si el proveedor hubiera solucionado su reclamo más rápidamente hubieran permanecido como clientes.

Pero, como hacer para que este aparente desencuentro se convierta en una oportunidad para mejorar?:   el registro y atención de sus quejas y reclamos se convierte en una herramienta de retención por lo que en este nuevo escenario,  aprendamos  a recibir los reclamos como un favor, a agradecerle a nuestro cliente el tiempo que dedica a ayudarnos a mejorar nuestros procesos y  a generar el espacio perfecto para retomar nuestra relación comercial.

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